¿Humedades en la vivienda? Uno de los problemas con los cuales ha tenido que lidiar el ser humano desde tiempos remotos. Existen diferentes tipos, pero todas en conjunto son muy perjudiciales, no solo para la vida útil de las edificaciones, sino también para la salud de quienes habitan en ellas.
Como ya mencionamos existen diferentes tipos de humedades. Acá abordaremos dos de ellas y mencionaremos sus causas, cuáles son sus consecuencias, así como, los tratamientos eficaces para lograr solucionar sus efectos de manera rápida tras sus primeras apariciones.
Humedad por condensación
Esa humedad que producen las cocinas, las duchas, los lavanderos, la plancha, etc., dentro de las casas, se estancan, concentrándose en algunos lugares de la edificación como paredes y techos, dando lugar a lo que se conoce como condensación. Esto crea el clima propicio para el desarrollo de moho, por solo nombrar algunos de los inconvenientes.
Normalmente, lugares con poca ventilación, aislamiento térmico insuficiente, defectos en la construcción, calefacción mal ubicada y/o con uso intermitente de manera equivocada; suelen ser los orígenes más comunes para este que este tipo de humedad aparezca.
Sus efectos para la vivienda donde se desarrolle, son principalmente hongos, entre otros resultados desfavorables como: vaho en los cristales, malos olores y dificultad para mantener el hogar caliente, Mientras que para las personas resulta dañino tal efecto, hasta al punto de generar enfermedades como sinusitis, asmas, cualquier clase de alergias y cefaleas.
Abordar este problema es imperioso. Por ello, se debe llevar a cabo instalaciones de ventanas con un buen aislamiento térmico y perfiles de ventilación controlada, ventilar los espacios diariamente por 15 a 20 minutos, emplear deshumificadores, entre otras alternativas.
Humedad a causa de subidas capilares
Este tipo de humedad se presenta generalmente en los pisos superiores de las viviendas, sus salones, dormitorios y muros externos e incluso la cocina. Los techos tampoco escapan de ello.
Suele ocurrir debido a que, el agua sube del suelo mediante los materiales porosos como juntas y ladrillos atravesando los cimientos. Remonta muros y paredes provocando la caída del revestimiento a nivel de los bajos y zócalos. Las rupturas de cañerías también sueles ser una causa.
Sus consecuencias se deben al desgaste acelerado de los materiales de construcción y de las juntas, poniendo en peligro la estructura del inmueble sus instalaciones eléctricas, daños a mobiliarios entre otros. Los problemas graves suelen ser también estéticos, haciendo caer cualquier revestimiento que se aplique, además del aumento en la facturación por calefacción.
En las personas provoca bruscas sensaciones de molestia como escalofríos a consecuencia de ropa y sábanas húmedas, propiciando la aparición de gripes y resfriados.
La solución efectiva comienza por poseer paredes y techos aislantes, pero si se trata de una construcción ya terminada, recubrir los interiores con una capa de revestimiento elástico es impostergable.
Con Imper Antigoteras, producto aislante empleado entre la superficie y la pintura, que ofrece, además, los mejores resultados como impermeabilizante, tendrá la solución. Con su aplicación, las humedades en la vivienda ya no serán más un problema. Asimismo, se debe controlar las cañerías para detectar pérdidas o fugas, así como desagües no obstruidos evitando posibles goteras o filtraciones, es lo más recomendable.